2.5.1 Museo de los Escritores

Si hay otra disciplina que deba tanto a Edimburgo como la medicina, esta es sin duda la literatura. Autores de la talla de Robert Burns, Walter Scott (Ivanhoe), Robert Louis Stevenson (La isla del Tesoro), J.K. Rowling (Harry Potter) o Irvin Welsh (Trainspotting) están de una u otra manera relacionados con Edimburgo y Escocia. Y por supuesto Sir Arthur Conan Doyle, nacido en el barrio de Leith y autor de Sherlock Holmes.

A los tres primeros está principalmente dedicado el museo. Quizás el poeta Robert Burns sea de ellos el menos conocido fuera de Escocia, pero dentro de sus fronteras es sin duda el más popular, es el poeta nacional. No en vano, la celebración de su nacimiento el 25 de Enero es considerada la segunda fiesta nacional después del día de San Andrés, y en muchas casas se vive incluso con más pasión. Walter Scott, divulgador de la historia y las tradiciones escocesas, la ciudad de Edimburgo lo reconoce con el más alto monumento construido nunca a un escritor (Scott Monument) y con la única estación de tren del mundo que toma su nombre de una novela (Waverley). De Robert Louis Stevenson poco se puede decir que no se sepa ya, nacido y criado en Edimburgo, basó su tenebroso “Extraño caso de Doctor Jeckyll y Mr. Hyde” en un personaje real de la ciudad, el Diácono Brodie. Su vida de aventurero le llevó a la isla de Samoa, donde está enterrado.


El museo está situado en un coqueto edificio de 1622, que ya de por sí merecería una visita, en un estrecho close de los muchos que parten de la Royal Mile. Las colecciones se componen de objetos privados ligados a la vida de estos autores.