La Ilustración escocesa abrazó los preceptos humanistas y racionalistas de la Ilustración europea, negando cualquier tipo de autoridad que no pudiera ser justificada con la razón y sosteniendo un punto de vista esencialmente optimista sobre la capacidad del individuo para contribuir a mejorar la sociedad.
Algunas de las principales figuras de la Ilustración escocesa fueron los filósofos Francis Hutcheson, Thomas Reid y, sobre todo, David Hume, el gran representante del empirismo.
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Estatua de David Hume en Edimburgo |